Griselda Noemí González, era docente, tenía 39 años y
apareció estrangulada en un departamento de Francisco Álvarez. Ese lugar lo
había alquilado para convivir con un mexicano al que había conocido por
Facebook hace cuatro meses. Ella le pagó los pasajes para que abandone Ecuador
y se venga a la Argentina a visitarla. Hoy, Waldo Mares Parra (33) es el
principal sospechoso del crimen y se escapó a Uruguay.
El cuerpo de Griselda fue hallado el sábado en la casa
alquilada para convivir con el sospechoso. Si bien fuentes judiciales
informaron a Télam que la mujer estaba separada de su pareja, con el que tenía
un hijo de 15. Lorenzo, en diálogo con TN, aseguró que no era así, que estaban
juntos hacía 17 años y que vivían en General Rodríguez con la hija que ella
tenía de un matrimonio anterior, de 19 años.
“Yo pensé que estaba de la tía o de la amiga... Pero estaba
con ese hombre”, dijo Lorenzo y agregó: “Ella quería cambiar de vida, tener más
libertad. Las amigas la invitaban a bailar y me decía que no iba para que no me
enoje, pero a mí no me molestaba... Lo que pasa es que estaba haciendo otras
cosas”.
En ese marco, la docente conoció por Facebook al mexicano
que se hacía llamar Waldo Mares Parra, quien residía en la ciudad ecuatoriana
de Guayaquil. Según fuentes de caso, González mantuvo una relación amistosa con
este hombre hasta que ella le envió dinero para que compre los pasajes aéreos.
El plan era conocerse personalmente.
Mares Parra viajó el martes 9 de febrero desde Ecuador, hizo
escala en Chile y finalmente aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza,
donde lo esperaba la docente con su hija.
Fuentes de la investigación contaron que la mujer había
alquilado un pequeño departamento en el cruce de ruta provincial 7 y San Pedro,
en Francisco Álvarez, ya que por el momento seguía viviendo bajo el mismo techo
con su marido y sus hijos.
En esas circunstancias, González se quedó a dormir el
miércoles en la casa de General Rodríguez y el jueves fue a la otra vivienda,
donde estaba Mares Parra. Una vecina declaró a los investigadores que esa noche
escuchó una discusión y gritos hasta que vio salir al sospechoso, quien cerró
la puerta con un candado. El relato coincide con el de la hija de la víctima,
quien aseguró haber presenciado peleas entre su mamá y el sospechoso. Fuente Clarín
Contacto agenciainfoallen@gmail.com