El presidente Macri le comunicó a su par
uruguayo, Tabaré Vázquez, la decisión de dar marcha atrás con la polémica
disposición 1108/13 de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables argentina,
que obligaba a las cargas originadas en puertos del río Paraná o del sur del
país a ser transbordadas a buques oceánicos sólo en el puerto de Buenos Aires o
en puertos de Brasil, pero no en Montevideo.
La disposición pretendió en su momento impulsar
el desarrollo de la marina mercante argentina, pero apuntó en realidad a
perjudicar a Uruguay luego de que el ex presidente José Mujica decidiera
permitir la ampliación de la producción de las plantas de celulosa, decisión
que provocó mucho malestar en el gobierno de Cristina Kirchner. La disposición
en cuestión, que descansaba en un escritorio de la Subsecretaría de Puertos y
Vías Navegables, fue propuesta como medida de retaliación e impulsada.
Como resultado, el puerto de Montevideo vio
como se derrumbó su operatoria comercial, ya que prácticamente la mitad de sus
operaciones consistían en darle servicio a las cargas de exportación argentinas
y subirlas a buques oceánicos en los muelles uruguayos que, por otra parte,
eran más económicos que los de Buenos Aires.
El problema que surgió es que la logística que
utilizaban las navieras establecía una recalada en Montevideo (para dejar
cargas de importación para Uruguay) y varias escalas posteriores río arriba o aguas
abajo para levantar cargas de exportación argentina (desde arroz entrerriano
hasta cerveza o los muebles de Santa Fe, pasando por merluza marplatense o
incluso langostinos, calamar y frutas patagónicas. De esta manera la
fruticultura regional retoma los transbordos de fruta que salen desde el puerto
de San Antonio rumbo a ultramar a través de Montevideo.s.), detenerse en ese
puerto para cargar exportación uruguaya y seguir viaje hasta los destinos
finales (Estados Unidos o Europa).
Cuando la Argentina dispuso bloquear la escala
en Uruguay de las cargas argentinas, las navieras suspendieron servicios: los
puertos del interior quedaron así sin transporte fluvial y marítimo. Otra
opción, más cara, era la ruta vía puertos del sur brasileño.
La opción de recalar en Buenos Aires tenía un
problema: por la ley de cabotaje, todo barco que vincule dos puertos argentinos
debe necesariamente ser de bandera argentina, y la marina mercante nacional,
que conoció épocas mejores, perdió competitividad por falta de incentivos y por
el avance de terceras banderas.
Fuente Agrovalle
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