El ex marido de
Rosa Castro y padre de sus hijas fue condenado a 10 años de
prisión por violar a las pequeñas. Sin embargo, por la nueva jurisprudencia, la
Cámara de Cipolletti dispuso que no vaya a una cárcel, por lo que se encuentra
en su casa. Esta determinación fue incluso avalada por el Superior Tribunal de
Justicia.
Se trata de Ángel
Gullino, quien según Rosa, "está en la calle y metido en casas donde no
saben quién es, porque hace trabajos de mantenimiento. Juega al fútbol en Los
Sospechosos de Siempre, en Don Pedro, y la semana pasada no participó porque su
equipo jugaba en Neuquén y no puede salir de Cipolletti".
La mujer contó
que "mucha gente se ofreció para matarlo". "Tuve ofertas
concretas y dije que no. Y a mis hijas les expliqué que confiaba en la
Justicia, porque el otro es un camino sin retorno. Ahora, todavía espero y dudo
que hagan justicia. No les diría lo mismo", expresó.
Para Rosa,
"los derechos constitucionales son para los delincuentes". Ella,
recordó, apeló el fallo y desde el 9 de octubre está esperando. "El STJ
recién estará trabajando las causas de marzo. Esperamos el milagro de que la
Corte decida antes", señaló.
Lo que se discute
acá no es la culpabilidad del ataque sexual, ya comprobado, sino cuestiones
administrativas. "Que lo denunció la hermana, que lo llevaron preso antes
de que lo notifiquen, todos artilugios legales. Esa es la burla de la Justicia
a mis hijas, a todo el dolor que vivieron, porque les dijeron "tu papá te
abusó, tenés razón, pero lo vamos a dejar libre", remarcó Rosa.
La situación la
supera y la indignación crece en la medida en que se pega una y otra vez la
cabeza contra la pared, a la espera de una decisión judicial que le traiga algo
de tranquilidad.
"Los vecinos
tienen que saber que él abusó de sus hijas y hoy puede estar cerca de
chicos", advirtió. Nunca se arrepintió
Rosa contó su
desgarradora historia, o mejor dicho, la de su hija. Compungida, narró que su
ex marido "abusó desde que mi hija mayor tenía seis años. Cuando ella
descubrió que el abuso no era algo normal, ya estaba en pareja y embarazada. Y
ahí él intentó abusarla otra vez. Nunca se arrepintió".
Gullino nunca
reconoció ante la Justicia sus actos y parte de su familia cree en su versión,
a pesar de lo que dispuso el juez. "Ofreció asumir la culpa en un juicio
abreviado y como le dije que no, fuimos a un proceso común. Allí lo negó",
relató la mujer.
Sus dos hijas
viven en la región. La menor con ella y la más grande con su pareja. Rosa
sostiene que "ellas tratan de vivir una vida normal, están bien porque han
entendido lo que pasó, trabajan para acompañar a otras personas; me acompañan
en la lucha y eso las fortalece. Pero no han tenido respuesta por la valentía
que tuvieron de denunciar a su papá. Él no se puede acercar a nosotros, pero
quién lo controla". Fuente LMCipolletti.
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