Un grupo de investigadores de la Universidad del Comahue, estudia comunicar el mar con las salinas del
Bajo del Gualicho, a través de una serie de canales y túneles, que con la diferencia
de nivel que provocan las mareas, podría generarse electricidad a través de una
serie de turbinas. El vaivén de agua podría generar entre 7.000 y 10.000 megawatts
de potencia.
Un grupo de investigadores de la Universidad del Comahue, estudia comunicar el mar con las salinas del Bajo del Gualicho, a través de una
serie de canales y túneles que partirían desde algún lugar a definir en cercanías
de San Antonio Oeste. Así, con la diferencia de nivel que provocan las mareas,
podría generarse electricidad a través de una serie de turbinas colocadas en
esas excavaciones artificiales.
Se trata de una gigantesca albufera, como se conoce a los
lagos de agua salada conectados con el mar. El vaivén de agua, según calculan
los expertos, podría generar en el apogeo del proyecto entre 7.000 y 10.000
megawatts de potencia, es decir entre un tercio y la mitad de la demanda total
del país. Es el triple de lo genera Yacyretá y equivale a ocho represas de El
Chocón.
Para que semejante obra de infraestructura sea posible,
hacen falta al menos 40.000 millones de dólares, un monto muy elevado, pero que
podría ser competitivo en el mercado de la hidroelectricidad. El costo del MW
instalado rondaría así los cuatro millones de dólares. El de Chihuido, por
caso, se ubicará en los tres millones.
El impacto ambiental, social y económico también sería
enorme. Pero para eso falta. Los especialistas ya tienen cerrados los aspectos
técnicos y trabajan para afinar el proyecto, que ya tiene un aval del gobierno
rionegrino y que despertó mucho interés en los pasillos de la Secretaría de
Energía de la Nación.
"Nosotros no estamos en contra del desarrollo de Vaca
Muerta. Lo que proponemos es una opción para que se deje de quemar gas",
bromea Carlos Labriola, ingeniero e investigador de la UNC. Junto con sus
colegas Ariel Marchegiani y Orlando Audisio probaron la factibilidad mecánica
del proyecto, cuya idea primigenia salió de la cabeza de un geógrafo, Luis
Bertani.
En un pequeño cuarto de dos por dos, con una ventana que da
a la barda, los cuatro expertos se entusiasman cuando hablan de su idea. Allí,
en una repartición perdida de la universidad que oficia de laboratorio, se
escribe un proyecto que podría cambiar para siempre la matriz energética de la
Argentina.
El vaivén de agua podría generar entre 7.000 y 10.000
megawatts de potencia
"En la Patagonia existen dos condiciones que, juntas,
la convierten en un lugar único en el mundo. Por un lado, hay grandes bajos en
zonas cercanas al océano. Por el otro, se registran ciclos de mareas de siete
metros", explica Bertani. El primer lugar detectado fue las salinas del
Gualicho, aunque también hay escenarios similares cerca de Puerto San Julián,
en Santa Cruz.
La unión entre esos bajos y el mar se hará a través de
canales, que se convertirán en túneles donde el terreno se eleva y que
recorrerán unos 25 kilómetros. En la boca de toma y dentro de ese camino
artificial se colocarán una serie de turbinas bulbo y otras hidrocinéticas para
generar electricidad. El artífice de todo esto será el mar a través de sus
variaciones naturales: cuando suba, el agua se dirigirá hacia el lago
artificial de la salina. Cuando baje, retornará al océano. En ambas direcciones
será turbinada y convertida en energía.
Para el óptimo manejo de los caudales, se diseñó una serie
de compuertas que permitirían conseguir el mejor rendimiento de las turbinas.
Se calcula que podrían pasar por los túneles 8,27 kilómetros
cúbicos de agua, es decir 8,2 billones de litros. Alcanzan para llenar 3,5
millones de piletas olímpicas.
El caudal promedio estimado para cada ciclo podría rondar
los 361.000 metros cúbicos por segundo. Es 300 veces más agua que la trajo el
Limay en su crecida de la semana pasada.
La idea es que en la primera conexión se llene la depresión
natural de las salinas del Gualicho hasta la cota cero. El lago que se
generaría sería dos veces superior al de El Chocón, uno de los espejos
artificiales más grandes del continente.
Según los especialistas, no existen en el mundo antecedentes
de un proyecto de este tipo, a través de túneles. Sí hay experiencias de
generación mareomotriz a partir de albuferas artificiales, pero todas generadas
con la construcción de terraplenes que le ganan terreno a la costa.
Uno de los proyectos más emblemáticos es el de La Rance, en
Francia. Desde hace más de 50 años produce unos 240 MW de potencia con sus 24
turbinas.
Parte del grupo de estudio visitó las instalaciones, sobre
todo para ver cómo se administra el caudal de agua. No es un tema menor. La
imprevisibilidad del mar más el recorrido que debe hacer el agua hasta llegar
al lago suman una enorme complejidad para tipificar cómo se comportará el
recurso. En eso andan por estas horas, a partir de diversos modelos.
IMPACTOS
Pero, claro, semejante obra de infraestructura no será
inocua.Para empezar, habría que considerar el fin (total o parcial)
de la explotación de sal en el Bajo del Gualicho. Del mismo modo, las
excavaciones moverán miles de toneladas de tierra y roca que habrá que
reubicar, con su consecuente impacto ambiental. Hay otros dos ingenieros en el
grupo que estudian específicamente estos pormenores: Isabel Ferraris y Daniel
de la Canal.
Pero no todo impacto será negativo. Una obra de este tipo
generaría miles de puestos de empleos, "casi tantos como los habitantes de
San Antonio Oeste", se entusiasma Labriola.
A su vez, la creación de un megalago podría sumar un nuevo
atractivo turístico a la zona. Otro grupo de geógrafos y especialistas en
turismo entre los que se encuentran Paloma Martínez, María de los Ángeles
Tesoniero y Matías Caso trabajan sobre el tema.
Los expertos tampoco descartan la posibilidad de que pueda
practicarse la pesca. Es que, calculan, la gran cantidad de sal del lugar se
asentará en el fondo del lago y esto permitiría la vida marina en el lugar.
Detrás del proyecto hay también un interés político: poner
en valor el mar Argentino, una necesidad en un país con vastas costas sin
aprovechar. Será el tiempo y el trabajo los que demostrarán, en el largo
plazo, si este proyecto es viable.
Fuente Río Negro
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