La falta de espacio llegó a la UNCo, donde no hay lugares
“extra” para otras actividades que no sean estrictamente para dar clases. Esto sucede en la Facultad de Humanidades, que padece una
“escasez fabulosa de aulas” que obliga a los profesores a hacer malabares para
dictar cursos de posgrado y materias optativas. Los estudiantes hacen sus
prácticos sentados en el piso de los pasillos.
Así lo denunció ayer el director del departamento de
Historia, Ariel Petrucelli, acompañado por un grupo de docentes y estudiantes
de la unidad académica.
Los alumnos y profesores convocaron para el jueves, a partir
de las 9, a una movilización al consejo superior de la Universidad para pedir
una solución a los problemas edilicios.
Petruccelli indicó que el edificio viejo de la facultad está
colapsado y necesitan con urgencia una ampliación. “Para Humanidades, es
imperioso terminar la segunda etapa del edificio nuevo, que ya no es nuevo
porque debe tener 20 años”, manifestó.
Rolando Bel, profesor de la facultad, expresó que el
problema se extiende a “toda la sede de Neuquén”, aunque en Humanidades es más
notorio. Sostuvo que existe “un atraso en la infraestructura de un par de
décadas”, que se refleja en el complejo diagrama de asignación de los salones
de estudio. “En cada aula se dictan hasta ocho materias diferentes, de mañana,
tarde y noche”, precisó, y remarcó que esta situación atenta contra la
presentación de actividades y propuestas académicas nuevas.
Comentó también que, en una facultad donde se forman
profesores y especialistas en ciencias sociales, no hay aulas preparadas para
proyectar videos o usar herramientas de comunicación modernas. “Carecemos de
aulas acondicionadas para recursos audiovisuales y, paradójicamente, tenemos un
edificio multimedial que está construido y se viene demorando la inauguración”,
cuestionó.
Sin espacio para
reuniones
Pablo Scatizza, otro de los profesores, acotó que “los baños
pierden agua por todos lados y no hay un espacio para reunirse”. Contó que
también soportaron todo el primer semestre sin gas en una parte del edificio
porque las cañerías “estaban agujereadas por todos lados” (ver aparte).
Gabriel Matamala, estudiante de la facultad, agregó que el colapso por falta de
aulas “se siente día a día”. “Desde 2011 lo venimos manifestando”, dijo, sin
tener respuesta de autoridades universitarias.
Norma Steimbreger, vicedecana de Humanidades, reconoció que
faltan aulas en la facultad, pero aclaró que “es una demanda que se hace en toda
la universidad”. Señaló que el problema más grave que tenía el viejo edificio
era el gas, que ya se solucionó, y las demás deficiencias “se van a tratar de
ir resolviendo, por ejemplo con la cocina o los baños”.
Sobre el aula multimedial, explicó que se retrasó la
habilitación “porque había una falla en el edificio que se tiene de resolver,
pero se estima que se terminará en las próximas semanas”.
La falta de gas fue un drama por más de cuatro meses
La facultad de Humanidades estuvo más de cuatro meses sin
gas en el sector de oficinas y boxes de los profesores, lo que generó algo de
malestar interno.
Ayer, luego de que los docentes amenazaran con suspender los
exámenes a los alumnos, se restableció el servicio, tras la aceleración de los
trabajos.
La vicedecana de la facultad, Norma Steimbreger, informó que
el problema comenzó a fines de febrero, “cuando cambiaron la casilla de estado
y los técnicos de Camuzzi se encontraron con que las cañerías no resistían la
presión porque eran muy viejas”.
Contó que la obra demoró varios meses, lo que obligó al
decanato a reducir la jornada de trabajo administrativo hasta que los técnicos
solucionaran el problema.
“Hoy (por ayer) se ha regularizado y se van a poder tomar
las mesas de examen, además de hacer las inscripciones”, subrayó.
Steimbreger señaló que queda una semana más para el reinicio
de clases y, si bien existen otros problemas en el viejo edificio de
Humanidades, “lo más importante, que era el gas, está resuelto y se pueden
desarrollar las actividades sin inconvenientes”.
Pero los profesores de la facultad que convocan a una marcha
para el jueves dieron una versión distinta de la situación, que difiere de los
dichos de la decana.
“El problema saltó porque hubo denuncias de que había
pérdidas de gas y ahí se descubrió que las cañerías estaban agujereadas por
todos lados, pero recién en abril empezaron con los trabajos”, confió Pablo
Scatizza, docente de Historia. Así las cosas, las clases comenzarán en unos días y se
espera contar con el gas en ese sector.
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