La presidenta, Cristina Kirchner, arribó
a las 12.09 al Congreso de la Nación, para abrir el 133º período de sesiones
ordinarias. Se trató del octavo y último discurso de este tipo en su gestión,
la que concluirá en diciembre próximo.
Por octava vez consecutiva, Cristina
Fernández de Kirchner pronunció un
discurso por espacio de tres horas y media en la Asamblea Legislativa ante un
recinto de sesiones ocupado casi en su totalidad por diputados y senadores,
cuyos palcos superiores estuvieron colmado por invitados especiales y
militantes políticos, y en aquellos ubicados a los costados del estrado
estuvieron funcionarios y gobernadores.
El único anuncio concreto que hizo la
mandataria, fue el envío al Congreso de un proyecto de ley para estatizar la
administración de los trenes. Los legisladores kirchneristas aplaudieron y se
pararon al unísono. Pero también aplaudieron algunos opositores, como el
diputado y precandidato a presidente Sergio Massa .
"Calculamos que el compañero que
levanta todas las banderas del justicialismo, su bancada nos va a
acompañar", dijo, en una chicana a Mauricio Macri quien la semana pasada
dijo que "reivindica cien por cien las banderas del justicialismo". Y
agregó: "Preparate, Pinedo, vos con ese apellido estatizando los
ferrocarriles, no sé cómo harán". Rápido de reflejos, el diputado de Pro
Federico Pinedo alzó sus dedos en V, al estilo peronista.
Hacia el final del discurso, Cristina se
mostró enojada. Ante carteles que pedían "AMIA comisión
investigadora" y "AMIA apertura de archivos", la Presidenta fue
efusiva: "No necesito cartelitos para hablar de la AMIA, hablo desde
1994". Habló de los atentados a la mutual judía y a la embajada de Israel,
de las "demoras", del "contexto internacional" de la causa
AMIA. Luego habló del fiscal Alberto Nisman quien estaba a cargo de la Unidad
Fiscal AMIA y fue encontrado muerto en su casa el 18 de enero.
“¿A qué Nisman le creemos?
Con esa pregunta, abrió el tramo en el
que se refirió al extinto fiscal:
“¿A qué Nisman le creemos? ¿Al de la
denuncia sin pruebas o al que levanta toda mi actuación en Naciones Unidas y
reconoce que si bien el memorándum no es lo mejor persiguió el objetivo de
lograr que los acusados sean interrogados?”, planteó sobre dos escritos de
Nisman presentados por una secretaria de la Fiscalía –Soledad Castro–, que
tenían como objetivo pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que interviniera
para concretar las órdenes de captura de los iraníes sospechados por el
atentado. “Eso no es Justicia, es un escándalo, un bochorno”, completó, y
volvió a preguntarse “qué fue lo que pasó” desde que Nisman se fue de
vacaciones y volvió al país para presentar la denuncia.
Otro tramo del discurso presidencial, el
que generó aplausos desde los palcos superiores, fue cuando aseguró que desde
el 2003 "se aprobaron 48 leyes laborales y ese número es inédito, debe ser
festejado por el parlamento" y recalcó que "no tuvieron que
avergonzarse de ninguna de leyes porque no se quitaban derechos ni estaban
sospechadas de sobornos". La Nación/Clarín/iProfessional
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