El secretario de Seguridad de la vecina
provincia, Gustavo Pereyra, dijo que el agente Riquelme era considerado
"un buen efectivo", pero temas personales le habrían conducido a un
desborde emocional. El hombre habría
contado a los rehenes estar mal por su situación sentimental actual, por una
relación anterior con otra mujer e hijos a quienes no podría ver, y también por
problemas laborales.
El subsecretario de Seguridad de la
provincia, Gustavo Pereyra, afirmó esta mañana que el policía que tomó rehenes
"difícilmente vuelva a sus funciones" y dijo que dentro de la fuerza
"se lo consideraba un buen efectivo, que estaba de muy buen ánimo".
Ayer una toma de rehenes de poco más de
cuatro horas se vivió en la delegación municipal de la calle Santa Teresa,
cuando el efectivo de la Comisaría Cuarta ingresó con un arma reglamentaria,
disparó dos veces al aire y convirtió la mañana en una pesadilla para los siete
agentes comunales que fueron obligados a quedarse con él dentro de la oficina,
así como para todos los que lograron salir del edificio y esperaron el
desenlace.
En declaraciones a LU5, Pereyra dijo que
el policía, identificado como Sebastián Riquelme "tuvo un nuevo fracaso
con una nueva pareja que, era una empleada municipal, lo que hizo que se
desbordara funcionalmente y que tomara la decisión".
Además, Pereyra dijo que "los
testimonios de los que tuve conocimiento en el ámbito de trabajo de la mujer
dan cuenta que un par de días antes ella había estado agresiva con sus
compañeros de trabajo".
Según relataron fuentes oficiales,
Riquelme, ingresó al lugar en un estado de desequilibrio emocional y en
búsqueda de quien era su mujer, empleada de esa dependencia y embarazada de
tres meses. Aunque nadie pudo precisar exactamente qué era lo que pedía, el
hombre les contó a los rehenes estar mal por su situación sentimental actual,
por una relación anterior con otra mujer e hijos a quienes no podría ver, y
también por problemas laborales.
Consultado sobre si Riquelme volverá a
portar un arma, el funcionario provincial dijo que "es aventurado poder
decir si vuelve a la fuerza o no, pero conforme a mi experiencia difícilmente
vuelva a sus funciones" y explicó que "además hay que tener en cuenta
que este efectivo arrastra antecedentes por un incidente anterior por el que se
le quitó el arma reglamentaria".
Pereyra explicó además que "en el
proceso de selección de los efectivos el principal filtro es un pre-examen
psicofísico en donde se contemplan aspectos psicológicos y psiquiátricos,
y una vez que pasa ese test, que es muy
riguroso, puede seguir con el resto de los trámites".
El hombre quedó internado en una clínica
privada de esta capital. Un médico forense le realizó ayer los exámenes correspondientes
para determinar si la fiscalía le puede realizar la formulación de cargos
correspondientes. Fuente LM de Neuquén.
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