Más del 90% de los médicos que trabajan
en clínicas, sanatorios, hospitales privados y en el sistema de obras sociales
del interior del país está en negro. En Capital, ese número se reduciría a la
mitad, y las grandes empresas de medicina prepaga tendrían un 30 por ciento de
su personal médico no registrado. Esto afirma Héctor Garín, secretario general
de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (Amap), una de las
entidades gremiales que agrupan a profesionales de la salud.
Según publica Infobae, la entidad fue creada en 1998 por un grupo de
dirigentes de la Federación Médica de la Capital Federal (Femeca) y cuenta en
la actualidad con unos 3.500 afiliados, que la convertiría en el segundo
sindicato médico en importancia, detrás de la Asociación de Médicos Municipales
de la Ciudad de Buenos Aires.
"A las grandes instituciones médicas
no les interesa ni recomponer salarios ni la regularización laboral de todos
sus profesionales, que por no estar registrados no cobran aguinaldos, horas
extras ni tampoco gozan de vacaciones pagas", señaló a Infobae el titular
de Amap, que la semana pasada montó una movilización de protesta contra cámaras
del sector bajo el lema "Basta de empresas ricas y médicos pobres".
Metido en plena discusión paritaria de
sus representados, en el ámbito del Ministerio de Trabajo, Garín apunta
centralmente sus acusaciones contra la Asociación de clínicas, sanatorios y
hospitales privados (Adecra) y contra la Confederación Argentina de clínicas,
sanatorios y hospitales (Confeclisa).
"Las condiciones en las que
trabajamos son realmente vergonzosas, nos explotan", apunta Garín,
metiendo en la misma bolsa a la mayoría de las grandes empresas de medicina
prepaga. "Queremos que den un debate público porque sabemos que no pierden
plata. Es inadmisible que quieran implementar copagos", dice.
Respecto de esa situación, días atrás,
las entidades que nuclean a las prestadoras privadas de salud salieron a
anunciar que cobrarían a sus afiliados por servicios que hasta acá estaban
incluidos en la cuota mensual. Justificaron la medida argumentando que era la
única forma de hacer frente a los actuales costos.
Pero ante las quejas, desde el Gobierno,
la titular de la Superintendencia de Salud, Liliana Korenfeld, salió a decir
que las prepagas deberían reintegrarles a sus clientes los copagos que percibieron
por la realización de algunos estudios clínicos. Y la iniciativa quedó frenada
para abrir una "instancia de diálogo".
En cualquier caso, Infobae buscó hablar
con las dos cámaras supuestamente desinteresadas en formalizar el trabajo de
los médicos no registrados, que cobran sus servicios como
"monotributistas".
"Adecra no va a formular
declaraciones sobre ninguna cuestión hasta que terminen las negociaciones
paritarias, el 30 de este mes. Se hizo a la entidad gremial una propuesta
superadora y se está a la espera", dijeron fuentes de esa entidad que, con
una trayectoria de 67 años, agrupa a más de 250 empresas privadas asociadas en
todo el país.
Según informa el gremio, Amap reclama una
mejora del 35 por ciento y Adecra estaría ofreciendo sólo un 17 por ciento. El
Ministerio de Trabajo se encuentra estos días en la ardua tarea de acercar
posiciones.
Por el lado de Confeclisa salió a
responder su secretario, Eduardo Cardús, al salir momentáneamente de una
reunión donde se analizaba el corte de distintas prestaciones en el Pami, por
falta de pago: "Nosotros aconsejamos siempre a nuestros representados
sobre la conveniencia contable y legal de tener registrado a todo el personal.
Podrá haber algunos casos puntuales. Pero hablar de más del 90 por ciento de
médicos del interior en negro, no merece el menor análisis. Y los médicos de
nuestras entidades cobran normalmente lo que acordaron en las paritarias de
mayo", concluyó.
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