Más de 400 niños murieron y 2.500
resultaron heridos por los bombardeos del Ejército israelí en la ofensiva en
Gaza, según la Unicef. La agencia recalcó también que no hay electricidad y que
no funcionan los sistemas de agua potable ni de saneamiento, por lo que el
peligro de aparición de enfermedades transmisibles y de diarrea -que puede ser
mortal para los menores de cinco años- es inminente.
"La ofensiva tuvo un impacto
catastrófico y trágico en los niños. Murieron 408 niños, 2.502 resultaron
heridos. Si tenemos en cuenta lo que estas cifras representan para la población
de Gaza, es como si hubieran muerto 200.000 niños en Estados Unidos",
afirmó Pernille Ironside, jefa de la Oficina de Unicef en Gaza.
"Hay que tener en cuenta el tamaño
de la franja de Gaza, son 45 kilómetros de largo por entre 6 y 14 de ancho...no
hay una sola familia que no haya sido directamente afectada por alguna
pérdida", dijo.
"La destrucción es total. Usaron
armamento horrible que provoca terribles amputaciones. Y esto pasó frente a los
ojos de los niños, que vieron morir a sus amigos, a sus padres", señaló la
funcionaria internacional. Es por ello, que Unicef calcula que unos 370.000
niños necesitarán ayuda psicológica para poder intentar superar de alguna
manera el trauma vivido.
"Tengamos en cuenta que un niño o
una niña que tiene siete años pasó ya por tres ofensivas, la de 2008-2009, la
de 2012 y la de ahora. Imagínense el impacto que ello puede tener tanto en los
más pequeños como en los que ya entienden lo que eso significa", afirmó.
"Debemos establecer un nuevo sistema
para poder reconstruir todo lo destruido. Por eso un alto el fuego no es
necesario, hay que acabar con el bloqueo al que Israel somete a Gaza" y
que impide la entrada de materiales de construcción, urgió. TN.
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