Son dos puntos clave del nuevo régimen, que
entró en vigencia hace tres semanas. El 75% de las obras sociales consultadas,
no las afilia. Y el seguro por accidentes aún no fue regulado.Con el nuevo
régimen, al personal doméstico se le reconocieron derechos básicos de los que
ya gozaban los demás trabajadores, como vacaciones pagas, días de licencia,
cuentas sueldo y un seguro de riesgos de trabajo.
La
norma se aprobó hace más de un año, pero el Gobierno la reglamentó recién el
mes pasado. Y todavía no puede cumplirse en dos puntos centrales: las ART aún
no cubren empleadas domésticas y muchas obras sociales se niegan a afiliarlas.
Por supuesto, todos los derechos sólo benefician
a los empleados que están registrados. Entre otras pautas, la ley 26.844
dispuso en marzo de 2013 que los empleadores deben contratar un seguro que
responda en caso de accidentes laborales. La regla fue clara, pero las
compañías del sector planteaban que no estaba reglamentada.
Finalmente, hace ya tres semanas, un decreto
presidencial aclaró que ese derecho sólo podrá entrar en vigencia cuando la
AFIP y las superintendencias de Riesgos del Trabajo y de Seguros “dicten la
normativa necesaria”. Es decir, una vez que definan las características y los
precios de las coberturas.
De esas precisiones, hasta ahora, no hubo
novedades. Así que aún se ignora cuánto costará tener una empleada. Sólo se
adelantó que las cuotas de las ART estarán fijadas por el Gobierno y variarán
según la cantidad de horas trabajadas. Según se estimó, el precio del seguro
podría llegar a $ 60 mensuales. Lo que se agregaría a los pagos de jubilación y
obra social, que hoy rondan entre $ 20 y $ 135 entre aportes y contribuciones.
Otro importante derecho ratificado por ley fue
el de poder elegir la obra social, en el marco de un Régimen Especial de
Seguridad Social aprobado en 1999. Así, en teoría, las empleadas podrían optar
entre más de 200 entidades, que deben garantizarles las prestaciones básicas.
Pero en los hechos, cuando intentan afiliarse, suelen rechazarlas o ponerles
todo tipo de trabas.
Como muestra, Clarín llamó a 12 grandes obras
sociales y consultó, desde el lugar de un empleador, si era posible afiliar a
una empleada doméstica: en el 75% de los casos la respuesta fue que no, pese a
ser entidades que, según la Superintendencia de Servicios de Salud, deben
“atender nuevas afiliaciones o recibir nuevas opciones” del personal doméstico.
“No las estamos tomando por falta de cupo”,
responden en obras sociales como la de Seguros (Osseg) y la de Personal de
Farmacia (Ospf), y sugieren volver a preguntar más adelante. Otras ni siquiera
dejan abierta la posibilidad. “No tomamos personal de servicio doméstico”,
dicen en la de la Unión Obrera Metalúrgica (Osuomra). “Hace años no se hacen
esos traspasos”, agregan en la de los encargados (Osperyh).
Similar en las de gastronómicos (Osuthgra) y de
Peones de Taxis (Ospetax): dijeron que el ingreso está suspendido para el
personal doméstico y los monotributistas. Y en la de Choferes de Camiones
(Oschoca) tampoco dudaron: “Hace tres años que no los estamos afiliando”.
“Tuvimos que ir varias veces y llenar un montón
de papeles, pero nos decían que el cupo estaba lleno. Después de mucho insistir
logramos que la inscribieran, pero después no le daban el carnet”, relató una
empleadora que, hace menos de un año, ayudó a su empleada a entrar en la obra
social del gremio de la Construcción. En otras, mientras, el rechazo se
fundamenta en que no superan un supuesto “mínimo de ingresos” requerido.
Eso sí, en unas pocas, como la Ferroviaria
(Osfe) y la de Comercio (Osecac), las respuestas fueron positivas. Y también en
Ospacp, la propia del gremio de las empleadas. “ Muchas obras sociales no las
aceptan porque sólo se reciben $ 90 mensuales por cada una, mucho menos que por
otros trabajadores. Por eso, nosotros les garantizamos a las compañeras las
prestaciones básicas, quizás sin las mejoras que otros gremios puedan brindar
con un ingreso mayor”, contó Carlos Brassesco, apoderado de la Unión Personal
Auxiliar de Casas Particulares. Al ser de las pocas coberturas donde las
aceptan, en el último año esa obra social sumó 50.000 afiliados.
Votado por unanimidad, el nuevo régimen prohíbe
contratar a menores de 16 años, limitó los períodos de prueba y la jornada
laboral, reconoció un descanso semanal de 35 horas corridas y reguló el pago de
horas extras, aguinaldo, vacaciones, licencias e indemnizaciones, además de
hacer obligatoria la contratación de una ART, entre otras disposiciones (ver
“Otros aspectos...” en la pág 28). Son derechos que, de todos modos, aún cuando
puedan cumplirse en forma plena, sólo serán para el personal registrado. Es
decir, sólo un tercio del total (ver “Las trabas afectan...”).
Un dato llamativo es que los miembros del
Congreso, que concedieron nuevos derechos a este grupo postergado, parecen
desconocerlos en su propia cobertura de salud. Al consultar en la Obra Social
de Legisladores de la República Argentina si admiten a empleadas domésticas,
también responden que “el cupo está completo”. “Puede llamar en unos dos meses
más o menos –sugieren–, para ver si ya hay lugar”. Clarín.
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