El cruce por los puentes carreteros en las horas pico,
sobre todo por las mañanas y en el sentido de circulación de Cipolletti a la
capita neuquinal, es un caos. Veinte minutos, media hora y hasta 45 minutos
puede demorar un conductor para poder superar los obstáculos y pasar por las
mañanas.
Los inconvenientes tienden a multiplicarse con el paso de
los meses y el constante aumento del parque vehicular que existe en toda la
región, a lo que hay que sumar los rodados provenientes de diferentes puntos de
la geografía nacional.
La gran alternativa para aliviar parcialmente la situación
pasaría por la pronta habilitación del tercer puente carretero, pero la
posibilidad de contar con esta vía es todavía una incógnita en materia de
tiempos.
El viejo Corredor Vial 29 está hoy en manos de la
concesionaria CV1, perteneciente a los empresarios Benito Roggio y Cristóbal
López, si bien es el Estado nacional el que ha tomado a su cargo concluir las
obras faltantes para inaugurar el tercer viaducto. Además, se aguarda la
realización de un cuarto puente por Cañadón de las Cabras, que ayudaría más
aun, pero todo pasa por compromisos y plazos que suelen estirarse mucho más de
la cuenta.
Lo cierto es que en la actualidad las quejas se
multiplican por una odisea cotidiana que sólo por fortuna no ha derivado de
forma continua en más accidentes, tal es el caos que se produce cada día en la
zona de los actuales puentes.
Las cosas, sin embargo, pueden resultar muy lamentables.
Se recordará, a propósito, el triste incidente en que un ciclista murió al ser
embestido por un auto en el tramo
comprendido entre la rotonda de rutas 22 y 151 y las ex cabinas de peaje, pocos
días después de que éstas dejaran de funcionar.
En sí mismo, la desaparición del peaje, el 30 de abril del
año pasado, fue un acontecimiento histórico para Río Negro y Neuquén, cuyos
habitantes soportaron por años la obligación de pagar por cruzar el río. Los
incumplimientos en materia de obras y de plazos de la ex concesionaria Caminos
del Valle convirtieron a su partida en motivo de celebración.
Que dejaran de funcionar las cabinas no implicó, no
obstante, una mejora directa para la circulación, ya que los automovilistas,
con el paso liberado, se sintieron y se sienten aún con el camino expedito para
intentar llegar cuanto antes hasta los viaductos. La competencia por ubicarse
mejor y superar a otros deviene en caóticos amontonamientos de vehículos que
apenas avanzan.
Más aun, se considera que la propia remoción de las
cabinas podría agravar más los inconvenientes que una ayuda a su solución,
habida cuenta que su presencia tiende a contener el flujo incesante de rodados.
Otros no piensan así y lamentan que haya solamente dos bocas de paso de las
viejas y abandonadas estructuras.
La falta de mayores y más intensos controles por parte del
Estado nacional, provincial y local ha aportado significativamente a que se
acentúe el complejo panorama existente pues con una permanente y más amplia
supervisión se podría menguar en algo los peores efectos del colapso carretero
que a diario se vive.
Medidas de control en busca de agilizar la circulación
y la seguridad
Veinte minutos, media hora y hasta 45 minutos puede
demorar un conductor para poder superar los obstáculos y pasar por las mañanas
de Cipolletti a Neuquén. Como explicó el titular de Fiscalización y
Organización Interna de la comuna, Néstor Curcio, en el cuello de botella del
viaducto que comunica con la vecina capital confluye el tránsito proveniente de
la Ruta 151, de Cipolletti vía calle Pacheco y de la Ruta 22, lo que adquiere
la forma de una marejada sobre ruedas que se hace difícil dominar.
El funcionario explicó que, en el caso del Municipio, no
tiene jurisdicción para actuar sobre las rutas, en la que sí están facultadas
la Nación y Provincia. En cambio, la comuna tiene competencia sobre las calles
colectoras, en las que ahora ha dispuesto, por acuerdo con la Policía caminera,
inspectores de tránsito a los efectos de ayudar a la fluidez de la circulación
y a la seguridad.
En tanto, Marcelo Román, jefe de la zona de Tránsito Alto
Valle Norte, con asiento en Cipolletti, de la Policía de Río Negro manifestó
que desde su institución se están tomando los recaudos necesarios para paliar
los inconvenientes, siendo las medidas conversadas con el Municipio una parte
de las acciones en marcha.
En particular, se busca que los automovilistas no incurran
en maniobras peligrosas como moverse en contramano ante la desesperación por no
quedar atrapados en la lenta multitud de vehículos que apenas avanzan.
Se controlan así los accesos de Lisandro de la Torre,
Toschi y a la Isla Jordán, entre los principales puntos, a la vez que desde los
puestos de la Caminera solamente se trabaja, en las horas pico, para agilizar la
circulación. También la Policía neuquina, con el mismo fin, no realiza
operativos en los horarios más intensos.
Román no dudó en considerar “grave” las dificultades que
ocurren en los momentos álgidos del día y dijo que suele darse que por hacer el
tramo entre el acceso a Isla Jordán (es decir, en el cruce de Ruta 22 y Julio
Dante Salto) se dan casos de hasta media hora de muy lenta marcha.
Sostuvo que, pese a todas las complicaciones que se puedan
dar, los conductores tienen que tratar de “mantener la calma y conservar la
paciencia” y no intentar maniobras automovilísticas que atenten contra la
seguridad de otras personas y sus vehículos. La mañana de Cipolletti.
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