El grupo petrolero español Repsol
recibirá bonos soberanos argentinos por una cantidad mayor de los 5.000
millones de dólares pactados con YPF en noviembre pasado por la expropiación
del 51% en la empresa argentina.
Además, Argentina respaldara con garantías bancarias el pago total
de la deuda que suma los 5.000 millones, el nuevo aumento nominal, y un también
renovado monto por los 3.500 millones de dólares más por el pago de intereses,
en torno al 8,75%, a diez años.
Los nuevos puntos de consenso
están contenidos en un nuevo proyecto que actualiza el firmado entre las Repsol
e YPF en noviembre y fue suscripto el viernes pasado en Buenos Aires.
Este flamante, y al parecer
definitivo acuerdo que pone fin al contencioso de los españoles con Argentina,
deberá ser aprobado mañana martes por el Consejo de Administración de Repsol
reunido en Madrid. También tendrán que dar su visto bueno El Tribunal de
Tasación argentino, los accionistas de la petrolera española y el parlamento de
nuestro país.
Los argentinos querían una foto
de familia con los españoles en un ambiente de festejo y, sobre todo, con la
presencia del titular de Repsol, Antonio Brufau. Pero, el presidente no acudirá
a la firma en Buenos Aires, que puede acontecer en abril próximo. Aunque nadie
lo dice, Brufau se considera injustamente tratado por el gobierno de Cristina
Kirchner.
La diferencia en el monto de los
bonos, que aumentan en favor de los españoles, admite por parte argentina el
deterioro que han sufrido sus títulos de deuda soberana, calificados como
“bonos basura” por los mercados, al profundizarse la situación financiera de
nuestro país sobre todo por el hundimiento del peso y la crisis financiera de
los países emergentes que tuvo a Argentina como principal protagonista en las
Bolsas. La posibilidad de un default pesaba mucho más que en noviembre de 2013.
Pero las garantías que reclamaban
los españoles y han aceptado los argentinos van más allá porque aseguran a
Repsol el cobro neto sus 5.000 millones de dólares de compensación aunque esta
nueva masa de bonos soberanos sea monetizada por un valor inferior a esa suma.
La deuda se extinguirá no cuando Repsol reciba los bonos sino cuando tenga en
su poder la indemnización por los títulos expropiaos y los intereses por el
pago aplazado a diez años un total de 8.500 millones de dólares.
El paquete de bonos está basado
en la emisión de títulos soberanos, emitidos con aprobación parlamentaria. Se
añadirán papeles de deuda pública en circulación cuyas emisiones se ampliarían.
Algunos estarían emitidos en
plaza Buenos Aires y otros en Nueva York.
Esta alternativa le permite a
Repsol vender con celeridad los bonos en circulación, que aumentarían en valor
con el solo anuncio de la operación. Esta masa de bonos requeriría la
autorización de una ley porque sus emisiones no estaban incluidas en el actual
presupuesto.
Por su parte, los argentinos han
logrado una cláusula pone un techo de 5.000 millones de dólares a lo que
cobraran los españoles aunque al vender bonos argentinos obtengan una
cotización que permitiera a Repsol obtener una cantidad superior.
Repsol podrá monetizar los bonos
argentinos sin límites de tiempo ni cantidad. También podrá vender a voluntad
el 12 % de acciones de YPF que le resta, que superan los mil millones de
dólares a precios del mercado.
El acuerdo debe aprobarse con cierta urgencia porque la legislación
argentina establece que la indemnización en caso de expropiación debe ser
fijada antes de dos años, y el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que
anunció en abril de 2012 la expropiación y que apenas tardó un mes concretarla,
debe dar una respuesta a este asunto lo antes posible. Si se vence el plazo en
mayo próximo Repsol podría demandar ante la justicia argentina la devolución
del 51% de las acciones expropiadas tal como lo prevé nuestro orden legal. Clarín.
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