Una pareja de jóvenes orenses denunció que les derribaron la casa que estaban edificando, sobre un terreno que habían adquirido en el B° Rincón de Oro. Otra persona que participó de la negociación dijo que allí, ese espacio estaba vendido. Le quisieron dar otro terreno, pero el mismo estaba comercializado:
Un vecino les alertó que le habían derribado con una máquina, la obra donde iban a vivir con sus dos pequeños hijos. Para colmo, les habrían robado tirantes, machimbres, chapas bolsas de cal y cemento.
"Tenemos mucha bronca e indignación" dice Sergio Andrade de 22 años quien muestra papeles de compra del terreno a nombre de su compañera Marianela Paredes de 19 años. Tienen 2 chicos de muy corta edad y uno de ellos alcanza a percibir la tristeza por el daño que le han echo a sus padres.
Sergio manifiesta que "nos derribaron la ilusión de tener nuestro techo propio con los ahorros que teníamos. Sabemos quién fue y vamos a ir a la justicia, queremos que este hombre que pasó la máquina por las paredes que habíamos levantado, nos pague todo".
Aparentemente, según Andrade, le señalaron mal el lugar donde debía edificar. Después del error, trataron de acusarlo de "usurpador". Los negociadores quisieron darle otro terreno, pero cuando fue a averiguar, también estaba vendido.
Ortiz, la primera persona que le vendió el lugar en ese barrio, le ha pedido a la pareja las correspondientes disculpas y prometió devolverles los 56 mil pesos. Quién no ha aparecido es el hombre, que valiéndose de una máquina, derribó la construcción sin la orden de la justicia y de ninguna otra autoridad. Desde la Unidad 26 adujeron que solo hay una denuncia y es la del vecino que rompió la obra.
"Se adelantó, cuando nosotros llegamos ya había hecho la denuncia. Este hombre es retirado de la policía, nos culpa de usurpadores y ahora nos dejó sin nada, como puede ser si nosotros tenemos papeles que nos acredita ser poseedores de ese terreno"? dice ofuscado Sergio o Tito, con lágrimas en sus ojos.
Hoy iban a ser recibidos por el Subcomisario Mauro Albornos y el Comisario Héctor Pérez, y de ahí, a la Fiscalía de Cipolletti a exponer su caso.