Precios de los alimentos: cuáles ya se convirtieron en “un lujo” para los consumidores

En el último año, los precios de los alimentos superaron el nivel de la inflación general. Aumentaron 289,4%, según el último dato oficial disponible hasta mayo, contra un 276,4% que acumula Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el mismo lapso. En este contexto, un conjunto de productos que, hasta hace poco tiempo, formaban parte de la canasta de consumo de las familias de clase media, hoy se convirtieron en un “lujo”, al que ya acceden sólo los consumidores de altos ingresos.

El caso más emblemático, tal vez, es el de la carne. Si bien la carne picada a $ 4.673,95 el kilo (según el relevamiento del INDEC) puede resistir en la mesa de los argentinos por ser uno de los cortes más baratos y rendidores, pensar en comer asado ya es una categoría vedada a muchos.

Con un costo de $ 6.506,47 el kilo, este corte vacuno cotiza por debajo de la nalga, comúnmente utilizada para hacer milanesas y que se expende, en promedio, a $ 8.715,94, según los precios informados por el INDEC esta semana con los datos de mayo. Es decir, se trata de precios promedio del GBA, ya que según los barrios la mayoría de las variantes de la res vacuna promedia en los mostradores, los $ 10.000 el kilo. Salvo el lomo que supera los $12.000.

De hecho, el consumo de carne está en el nivel más bajo de las últimas tres décadas. Cayó 17,5% en el primer cuatrimestre de este año respecto al mismo período de 2023, según datos de la Cámara de Industrias y el Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA).

El pescado, un alimento esencial de consumo para el bienestar de la salud, también se convirtió en un exceso para el bolsillo de la gente: el filet de merluza fresco (el más barato) se vende en promedio a $ 6.744,90. Aunque saltar a una variante un poco más gustosa, como el lenguado o el salmón, puede elevar el gasto a unos $ 11.000 y $ 35.000 el kilo, respectivamente.

Los embutidos, aunque fácilmente prescindibles de la dieta, conforman una categoría superior a la hora de pasar por la caja registradora. Según los datos oficiales, el jamón cocido, a $ 10.545,99 y el salame, a $ 12.256,06 lideran el podio de los más caros en la tabla oficial de los fiambres. Claro que el jamón crudo, en las góndolas, supera ampliamente ese récord: el más barato parte de los $ 40.000 el kilo.

Un capítulo aparte merecen los lácteos, partiendo de la base de que un litro de leche fresca cuesta $ 1.320,05. Entre los quesos, el pategrás tiene un precio de $ 14.999.97 el kilo y el sardo, sólo para compradores “vip” es rotulado a $ 15.436.43, en promedio según el organismo estadístico. En términos interanuales el aumento de esta variante de queso de rallar fue de 297,9%.

El paquete de manteca de 200 gramos cuesta $ 2.724 y subió casi 10% de un mes a otro. Por la mitad de un pan de manteca se puede comprar un yogur: $ 1.368,30.

Otros productos de consumo masivo que ya son sinónimo de “abundancia” en los hogares, son el café (molido, de medio kilo, cuesta $ 6.508,50); el champú (el envase de 400 cc sale $ 4.210,97) y los pañales descartables, que cotizan a $ 3.833,44, el pack de 10 unidades.

El pan de mesa (tipo lactal), según los datos oficiales: pasó de $ 2.271,98 a $ 2.399,72 el paquete de 390 gramos, es decir, un aumento de 5,6% entre abril y mayo. Acumula 115,6% en lo que va del 2024 y en términos interanuales, superó ampliamente la inflación general, con una suba del 359,5%.

Con los productos como la fruta y la verdura, hay una esperanza de que la suntuosidad de los precios actuales se revierta, por su condición de estacionales. Bajo esa expectativa es que las verdulerías “ofrecen” hoy el kilo de tomates a $ 3.759,92 o la lechuga, a $ 3.430. Según un relevamiento del CEPA, la lechuga con 962,3% y la cebolla con 598,5% fueron las dos especies que tuvieron una mayor variación interanual hasta el mes pasado.

En la primera semana de junio, los alimentos no mostraron variación de precios, según la consultora LCG. Aunque, en la segunda semana del mes crecieron 1,5% respecto de la anterior. Eso implica un acumulado de los primeros 15 días del 3,6% y un promedio mensual del 4,8%.

La carne y los lácteos siguen subiendo. "Si se toman las variaciones mensuales, en junio las carnes y los lácteos explicaron la mayor parte del incremento", consignó la consultora en un informe reciente.

La aceleración de los precios de los alimentos en los últimos días coincidió con la suba de las cotizaciones de los dólares alternativos. Por eso, encienden una luz de alerta por el impacto que puedan tener en el índice de precios de junio, cuando se descarta que la inflación mensual acuse una suba sobre el nivel de mayo (4,2%) como consecuencia de los aumentos de las tarifas.

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