Haberse asegurado participación
internacional para el año que arranca fue la mejor noticia para el Millo, que
quiere volver al plano mundial en un año donde además irá por la reelección del
presidente D’Onofrio.
El almanaque que ya mandó a
imprimir River para el año que viene está cargado de competencia e ilusiones,
situación que hubiera sido muy diferente si el final tan feliz de mediado de
diciembre. La Copa Libertadores anual, con paciencia y procesos de trabajo, el
lejano y real sueño de ir al Mundial de Clubes como en el 2015, la corona de un
torneo local para la segunda parte de la temporada que puede significar acabar
el año peleando una triple corona, son los objetivos de máxima para este River
que dese la vuelta a la primera división no ha parado de ganar títulos, en
especial con el arribo de Gallardo, que le amontonó copas en la vitrina como
nunca había sucedido en la historia.
Si bien el año 2016 no estuvo a
la altura del 2015 cuando hubo 3 copas y una final con el Barcelona) y tampoco
al 2014 cuando ganó un torneo local con Ramón y una Copa Sudamericana con
Gallardo, acabó con un premio de alto peso por la Recopa Sudamericana de agosto
y en especial por la Copa Argentina -primer título del Muñeco DT- y el bonus
track de la Libertadores que viene. El final del año que fue mejor que gran
parte del primer semestre es el empujón o mejor dicho el trampolín que para los
hinchas de River sigan pensando en bailar con la más linda del salón del fútbol
de esta parte del mundo.
El equipo volverá al trabajo el
5 de enero, luego se irá de pretemporada a Estados Unidos y en marzo iniciará
la Copa jugando la fase inicial del grupo 3 contra Emelec, el DIM de Medellín y
el Melgar peruano. Será un primer semestre con la apuesta de resolver rápido y
bien el pase a octavos de la Copa y tratando de terminar el torneo local en la
pelea a pesar que acabó el semestre lejos de los punteros. Si termina bien la
primera parte del año, le vendrán los meses más arduos e intensos luego del
corte de medio año. Por ahí pasan los planes del fútbol de River.
Pero no será un año monotemático
porque se va a respirar política. Se acaba la primera gestión de D'Onofrio que
asumió en diciembre 2012 y desde entonces ha sumado 8 copas y un bienestar
institucional que lo lleva directo que se presente a su reelección. Sus logros,
luego de la mala gestión de Daniel Passarella y tras un tiempo de mucho
sufrimiento, le van a proponer un escenario político de aguas calmas y debates
sin chispas. Pero está claro que los tiempos electorales que se vienen serán
otro condimento para este 2017 que River tendrá luego que levanten las copas de
un brindis con los mismos deseos de siempre volver a estar en la cima del
fútbol mundial.
PUBLICADO EL 31/12/2016
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