El 18 de abril de 2013 Lautaro González, ingresó a la vivienda de
Mónica Huircaleo y sus cuatro hijos, tomó un arma y le disparó en la cabeza. Tras agonizar algunas horas en
el hospital Castro Rendón, la mujer falleció. Sentenciaron a 4 años y 8 meses
de prisión efectiva al Lautaro González, quien en dos años podría salir en
libertad y se espera que la defensa pueda impugnar el fallo.
"Hijo de puta, todos nenes
chiquititos", le gritó la mamá de Mónica al acusado, en referencia a sus
nietos, luego de romper en llanto minutos después de que el juez Marcelo Muñoz
diera a conocer la condena.
La familia está arrepentida de ir a un
jurado popular, el cual determinó el homicidio culposo sin intención, y por
ende la pena. "Si no la hubiese querido matar, hubiera disparado a
cualquier lado, y no a ella como le apuntó. La verdad, estamos muy
disconformes", sentenció Cecilia, la madre de la joven asesinada.
Mónica y Lautaro convivieron seis meses y
en ese lapso la mujer de 33 años cambio radicalmente su buen humor. "Él la
golpeaba, pero ella nunca hizo la denuncia por el miedo que le tenía",
cuenta Andrea, hermana de Mónica. Un día, cansada de los maltratos, Mónica lo
echó de su casa, pero Lautaro no se conformó.
"Ella quiso rearmar su vida pero él
no la dejó en paz. Él le disparó frente a su hija de 14 años, que cuando salió
a ver qué pasaba y vio que él le apuntaba con el arma, se puso delante de su
mamá”, explica Cecilia.
“Pero él le disparó directo a la cabeza,
sin que nadie pudiera hacer nada. El último recuerdo de mi nieta es cuando su
mamá cayó herida".
Fuente LMNeuquén.
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